Resulta fascinante sentirse parte de un mundo que está
cambiando a pasos de gigante, algo que empezó a emerger sin saber muy bien que
era ni porque se producía ha empezado a generar cambios poderosos en la
sociedad y en la economía a todos niveles local, regional y global.
El lenguaje genera realidades y también muestra tendencias y
podemos ver como hace ya algún tiempo que Globalización, Tecnología, Redes Sociales,
Empoderamiento, Comunidades, Cambio, Responsabilidad Social, Sustentabilidad,
Talento, Capital Humano, Reputación, Colaboración, Han empezado a formar parte de nuestro
vocabulario.
Términos que siguen hoy día tomando cada vez más fuerza y que
también se complejizan
Sustentabilidad, futuro del trabajo, valor compartido,
innovación social, emprendimiento, co-creación, inteligencia colectiva,
disrupción, escalabilidad, industria 4.0.
Moda? Tendencia? Realidad?
Curiosamente muchas de ellas comparten el factor común de la
innovación, de la colaboración, de lo colectivo, lo sustentable y en mi opinión
no solo deberían formar parte de nuestro vocabulario sino pasar a engrosar ya
de forma urgente nuestra caja de herramientas de gestión.
Hoy son muchos los jóvenes que ya no quieren trabajar en las
empresas, lo que me lleva a afirmar que la empresa tradicional está DEMODE, la
lleva el emprendimiento con sus modelos de organización flexibles, más
amigables y más sustentables… más representativas de los valores que las
PERSONAS anhelan o echan de menos en las
organizaciones tradicionales. Y es que hoy el paradigma ya ha cambiado. Nuestro
mundo camina hacia un nuevo paradigma de una vida orientada al tener a una vida
orientada al ser, de una economía centrada en los productos a una economía
centrada en las personas.
Las empresas tienen el deber y el poder de aportar a ese
cambio pero para ello deben evolucionar haciéndose cargo de las nuevas
necesidades de sus grupos de interés e instalando dinámicas más similares a las
de las start ups o emprendimientos.
El mundo ha cambiado y lo va a seguir haciendo de la mano de
las nuevas tecnologías pero también lo que mueve y motiva a las personas, por
qué si la evidencia es ya tan fuerte cuesta tanto cambiar las formas de trabajo
de nuestras organizaciones? Quizá no lo vemos necesario?
La realidad es que conozco pocas organizaciones que no se
encuentren repensando sus modelos de negocio, que no se enfrenten al desafío de
gestionar el hoy, la eficiencia, la productividad al tiempo que mantienen su
cabeza atenta a las tendencias y se ocupan de innovar.
Y son ya muchas las empresas tradicionales que al igual que GrupoCAP están no solo reinventando su negocios sino también flexibilizando sus formas
de trabajo, promoviendo la innovación y la colaboración, venciendo los silos y
potenciando la inteligencia colectiva para crear soluciones de negocio, Un uniendo
talento y negocio, conectando impulsando ideas, innovación y redes.
Un ejemplo de ello es como en Grupo CAP estamos no solo
revisando nuestra estrategia de negocio sino también nuestra cultura y formas
de trabajo con tres desafíos bien relevantes:
El talento sustentable, la diversidad y las redes de
conocimiento
El talento sustentable nos lleva a promover entre nuestros
colaboradores aquellas conductas que consideramos esenciales para la
sustentabilidad tales como la probidad, honestidad, transparencia, respeto por
la diversidad, cuidado del medio ambiente, entre otros. Hemos profundizado en este
modelo porque estamos convencidos que el talento sustentable de cada personas
será el motor para el proceso de transformación que nuestra organización
requiere dentro del paradigma de la sustentabilidad.
Es así como con el apoyo de Prohumana
enriquecimos nuestro instrumento de medición del clima, aislando los factores
que consideramos clave para la construcción de una cultura de talento
sustentable.
La diversidad es para nuestro grupo eficiencia e innovación,
la diversidad es una fuente de riqueza en términos de nuestras personas y
nuestros resultados económicos porque: la diversidad en los lugares de trabajo
asegurar integrar miradas diferentes sobre nuestras formas de trabajo y
procesos que sin duda nos llevan a mejorar de forma continua en eficiencia y
productividad. Porque es la manera de seguir conectados e integrados con
nuestros empleados y comunidad, promoviendo la integración de mano de obra
local y apoyando el desarrollo social y económico de las zonas en las que
operamos.
Estamos convencidos que para ser eficientes y exitosos
debemos disponer de talentos diversos y para avanzar en esos desafíos estamos
comprometidos en crear procesos de igualdad de oportunidades para diferentes
grupos. Hemos revisado desde el prisma de la diversidad todas nuestras
políticas y procesos de gestión de personas y queremos mirar desde ese prisma a
todos los grupos que hoy son parte de la sociedad y que hoy o mañana formarán
parte de nuestra organización.
La colaboración y las redes de conocimiento son
imprescindibles para dar respuesta a los desafíos del mercado y nuestra
estrategia de negocio y diversificación. No seremos exitosos en nuestro proceso
de reinvención si no somos capaces de instalar una verdadera cultura de
colaboración innovación y sostenibilidad entre nuestros ejecutivos, empleados y
comunidad.
Hoy hemos puesto a disposición de la organización las
tecnologías necesarias para facilitar el trabajo colaborativo y tenemos ya más
de 8 Comunidades de Práctica* compartiendo buenas prácticas, aprendiendo y generando
conocimiento entorno a los desafíos de desarrollo responsable.
Parafraseando a Albert
Einstein “en los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que
el conocimiento” Es
por ello que en Grupo CAP estamos generando los espacios para que las personas
puedan aportar toda su energía y entusiasmo contribuyendo no solo a nuestro
proyecto organizacional sino también a los desafíos del mundo actual.
*Comunidad de Practica (CoP) según la definición de Etienne
Wenger son grupos de personas que comparten
una pasión por algo que saben cómo llevar a cabo y deciden interactuar regularmente para aprender cómo hacerlo mejor.
Un estracto de este post ha sido publicado en El Diario Fianciero del 2 de Noviembre de 2016