miércoles, 19 de noviembre de 2008

La caja de Pandora

El conocimiento habla, la sabiduría escucha.
Jimi Hendrix

Al hilo del debate generado sobre la corporatividad o no de los blogs. Lo importante es escuchar, en eso estamos todos de acuerdo.

Feliz semana

lunes, 17 de noviembre de 2008

Blogs, corporativizar o no corporativizar, esa es la cuestion

La semana pasada me invitaron a participar en una jornada de trabajo sobre blogs corporativos. El evento fue organizado por el Parc Tecnologic del Valles y el Centro de Innovación de Microsoft.

El tema a debate: Blogs corporativos, una nueva herramienta de comunicación empresarial.

Durante la jornada se planteó como de los más de 100 millones de blogs y webblogs existentes, sólo un 10% son corporativos. Una muestra más, sobre cómo las organizaciones van por detrás de las personas en el uso de las herramientas 2.0.

Pongo a vuestra disposición toda la documentación de la jornada y me gustaría compartir algunas de mis reflexiones fruto de la misma como usuaria de blogs corporativos y privados. Se trata del proceso que su momento viví y las emociones que me acompañaron hasta llegar a tomar la decisión de crear mis blogs.

Para empezar, comentar que más allá del corporativismo o no corporativismo de un blog, creo en los blogs como herramientas de comunicación, y especialmente un blog corporativo o de empresa debe cumplir 3 requisitos básicos:


1. Los objetivos y los contenidos deben ser de interés para aquellos a los que vas a dirigir la conversación


2. Los contenidos no deben pasar filtros corporativos y mucho menos los comentarios de los que conversan


3. Un blog lleva implícitos valores de transparencia, colaboración, compartir conocimiento, innovar, trabajar en red… si estos valores no encajan en tu organización, no sigas leyendo.

Con estos principios claros, desde mi experiencia personal, ese proceso emocional del que os hablaba al principio se estructura en las siguientes 5 fases:

Fase 0. Escuchar, escuchar y escuchar

Fase 1. ¡Pavor, horror, terror!

Fase 2. Escribir y esperar

Fase 3. Conversar

Fase 4. Pequeñas, grandes victorias

Fase 0. Escuchar, escuchar y escuchar de qué se habla en la blogosfera y también en tu organización. Prioriza cuales son los aspectos que te obsesionan de tu organización y a los que quieres dar respuesta. Ten encuenta que cuando un elevado porcentaje de personas está en desacuerdo con algún tema es porque algo mal se debe estar haciendo.

Ahora ya tienes claro cual puede ser el objetivo de tu blog, y si has escuchado bien será además un objetivo que responderá a los intereses de tu organización y te facilitará el conseguir audiencia.

Fase 1. ¡Pavor, horror, terror! Escribir es exponerse, eso esta más que claro, así que tienes que superar el miedo escénico y evitar dejar eso del blog “para mañana”. Es posible que los consejos de Joshua Porter te ayuden. Y sobre todo como él mismo dice, seguro que tienes algo importante que decir, de otro modo no te estarías planteando escribir un blog.

Fase 2. Escribir y esperar. Superado el miedo escénico y apretado el botón rojo. Cruzamos
Los dedos para que algo falle y el post no se publique…. Y de repente recibimos
nuestros primeros comentarios. La sensación es indescriptible, los comentarios de otras
personas te ayudan a terminar de perfilar tus ideas, te aportan nuevos puntos de vista y
Sobre todo te estimulan para continuar creando y escribiendo

Fase 3. Conversar. Como dice Alorza un blog es conversación. Es conversación dentro
de un blog y fruto también de la interrelación entre ellos. Cuanto más honesto,
Transparente, abierto, apasionado, con sentido del humor eres, mayor audiencia y
confianza por parte de los lectores.

Estos supuestos no son siempre son fáciles de cumplir en un blog de empresa, todos sabemos que hay momentos en los que las comunicaciones en las empresas se miden y controlan con lupa, pero tengamos en cuenta que jamás ganaremos credibilidad si no estamos dispuestos a entablar conversaciones de igual a igual.

Generar credibilidad supone exponerse con honestidad.

Fase 4. Pequeñas, grandes victorias. Dar la opción a todas las personas de tu organización
para que opinen libremente y hacer uso constructivo de sus opiniones es ya una pequeña
pero gran victoria porque sienta las bases para la creación de redes, el trabajo
colaborativo y la innovación. Y sin duda puede ayudar a Hacer realidad eso de la
Organización que aprende (learning organization). Un aspecto clave en la cultura
Corporativa de cualquier organización de nuestro tiempo.

Con el blog se descubre un nuevo modo de comunicar que conlleva escuchar y conversar.

Es importante en un blog, especialmente si es de empresa, demostrar que cuenta con orejas y con boca. Nuestros lectores forman parte del proceso, y si no somos coherentes con el principio de honestidad y transparencia, no nos leerán, no participarán y nos será complicado saber que es lo que no va bien con nuestro blog e incluso con nuestra organización.

Se descubre también una puerta al mundo 2.0 que pone a nuestra disposición herramientas de gran utilidad y que como dice JM Bolívar nos ayuda a crecer, ayudando a crecer.

El mundo 2.0 hace muy fácil la acción de compartir información, información que ayuda a mantener viva la inspiración y la creatividad, ambas claves en la gestión de la complejidad del mundo actual.

Como dice Wagensberg “…Solo hace falta que haya alguien más por ahí…
Una idea compartida es una aventura de tres fases: salir de una mente, atravesar el resto del universo y entrar en una segunda mente. Para viajar por la realidad se ha de formar parte de ella….”

Para los escépticos siempre nos quedará la rumorología y la máquina de café.

Para los valientes que no temen sus trampas ,la tendencia social de la Web 2.0 es una excelente palanca de transformación en las organizaciones que nos ayuda a dejar de lado los ya obsoletos supuestos y modelos de la era industrial, para avanzar, eso sí de forma gradual, a modelos de organización en red.



jueves, 6 de noviembre de 2008

Victima o protagonista

El otro día Jorge, amigo y compañero de viaje profesional, me comentaba: - 8 años en son muchos años en una misma empresa. Y yo le contestaba: - Jorge, pero tú ¿dónde trabajas? ¿Realmente crees que la empresa en la que estás ahora es la misma que en la que empezaste? Y terminamos calculando cuantos “cambios” de empresa habíamos realizado, sin realmente llegar a cambiar de compañía.

Teníamos esta conversación durante la entrega de los premios Expansión & Empleo a la Innovación en recursos humanos que tuvieron lugar el pasado martes en Madrid.

Durante estos premios se hablo como no, de crisis, tiempos difíciles, redimensionamiento… pero también de oportunidad, innovación y reto para los que saben enfrentar las situaciones difíciles con una visión y actitud positiva.

Sin duda estamos en un momento en el que es mucho más fácil ver la botella medio vacía y como alguien en alguna ocasión me comentó: - Y si la llego a ver medio llena, mejor me la bebo.
¿Beber para olvidar?

Estamos en un momento de duras realidades, y todos las sufrimos de forma más o menos cercana en nuestra realidad profesional o personal.

Como muy acertadamente Fred Kofman, comentaba recientemente en el Forum Mundial de Gestión de Personas.

“ Todo ser humano está sujeto a variables fuera de su control que le afectan muy directamente, ganar o perder no es una decisión 100% personal, pero actuar con integridad sí lo es”

Desde mi punto de vista, me quedan 2 opciones:

1. Elijo actuar como víctima de las circunstancias y me quito responsabilidad sobre las mismas, buscando culpables, lamentándome por lo que me pasa y contagiando negativismo a mi alrededor.

2. Elijo actuar como protagonista, sintiéndome responsable y enfrentándome a mi realidad identificando qué es lo que yo puedo hacer e intentando inyectar la mayor dosis de positivismo realista a los que me acompañan en el viaje.

El victimismo me paraliza, limita mi condición humana de tomar decisiones. El protagonismo me lleva a seguir adelante pese a las dificultades.

El victimismo es la droga perfecta para el corto plazo, da el placer de sentirme inocente pero a la larga, me sitúa en la cárcel de la resignación y el resentimiento.

El protagonismo me convierte en parte del sistema y por tanto me da energía para actuar y enfrentar las situaciones ayudando a que el sistema crezca y como consecuencia yo crezca también.

El ejercicio es duro y claro que me resulta más fácil sentirme víctima y eximirme de responsabilidades, pero si vuelvo la vista atrás y pienso como he enfrentado otras situaciones difíciles y cual fue la clave de mi éxito, recuerdo que en esas ocasiones decidí ser protagonista, dejar el lado confortable pero oscuro del victimismo y tomar el control.

Por todo esto me alegro por iniciativas como la del grupo Unidad Editorial, de la mano de Expansión y Expansión y Empleo, que nos anima a todos los que trabajamos en organizaciones que pasan por momentos difíciles a seguir adelante, innovando y apostando por aquellos que dan vida y hacen realidad un proyecto empresarial: las personas