"En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento" Albert Einstein
He querido compartirla en un momento, en el que parece que la mayoría de nosotros, estamos buscando soluciones imaginativas y en el que además, me encuentro dando vueltas a un proyecto, que precisamente tiene que ver con un cambio de orientacion del departamento en el que trabajo, mi querido departamento de desarrollo de personas y cultura.
La mayoría de nosotros, nos dediquemos o no a las organizaciones y a las personas, seguimos llamando a nuestra profesión gestión de personas, gestión de recursos humanos cuando no administración de personal.
Ignasi y Virgili me sugerían en sus comentarios que, si consideramos necesario dar un giro y buscar soluciones imaginativas, lo primero que tenemos que cuidar son nuestras palabras.
Como bién comenta Virgili, las palabras tienen su importancia, " ellas nos ayudan a entender la realidad y a la vez nos sirven para construir realidades".
Hace un par de días recibí una invitación a una conferencia de Itamar Rogovsky organizada por AEDIPE a la que asistí motivada por lo provocativo de su título: Las aberraciones de la moda en consultoría organizacional.
En un estilo provocador, Itamar planteaba que la consultoría, ha ido adoptando con el tiempo diversos disfraces, debido a la superaceleración que vivimos como resultado de nuestros modelos consumistas.
Dichos disfraces, responden a los gustos de los clientes y a la necesidad de vender, y es, este dominio del consumidor, el que ha llevado al Desarrollo organizacional (D.O) a evolucionar a lo largo de la historia bajo diferentes disfraces, que no responden a más objetivo que el de encontrar un hueco en el mercado.
" Y si a un médico su cliente le pide que le corte la nariz, es que éste se la debe cortar?"
Itamar repasa con una visión crítica toda una serie de disciplinas:
El coaching
La mediación
El psicoanálisis
La consultoría estratégica
La gestión por valores
La gestion del cambio
La gestión del conocimiento
y como no la consultoría de recursos humanos
Todas ellas, aunque con diferentes disfraces o denominaciones, no dejan de tener una misma base metodológica, el desarrollo organizacional.
Aunque Itamar repasó la parte "aberrante" de cada una de ellas, personalmente me quedo con algunas de sus reflexiones sobre la consultoría de recursos humanos:
Los humanos no son recursos a los que haya que hacerles programas de motivación para hacerles hacer aquello que no quieren hacer.
Las personas deben tomar decisiones sobre su trabajo, y no hacerles sentir que participan sino hacerles participar realmente
Debemos crear el entorno para que las personas puedan desarrollar sus capacidades y hacer lo que les gusta.
Todo ello ilustrado con el diálogo siguiente: el director general llama a su director de recursos humanos y le dice: - debemos comunicar a nuestros empleados una reducción salarial del 10% por favor piense en cómo conseguimos que sientan que es lo mejor que les ha pasado en su vida.
Personalmente, creo que no hay disciplinas aberrantes aunque si profesionales aberrantes o mejor dicho no profesionales que cortarán a su cliente la nariz o todo lo que éste les solicite.
No olvidemos que la organización es una red de personas, es un sistema que tiene como base la interacción humana y que la complejidad de esta, necesita de todas estas disciplinas y de nuevas soluciones innovadoras como las que nos inspira la cultura 2.0, eso si aplicadas con rigor y ética profesional y con una base metodologica contrastada.Teniendo esto claro no importa si lo que hacemos es coaching, mediación, psicoanálisis, consultoría estratégica, gestión por valores, consultoría de recursos humanos, gestión del cambio, gestión del conocimiento o recursos humanos 2.0.
Si tenemos claro que la base de nuestro trabajo son las personas y nos preocupamos por no olvidar qué es lo que ellas quieren, qué les ilusiona y por qué dejan su energía en nuestras organizaciones... tendremos no sólo personas comprometidas, sino organizaciones competentes y clientes satisfechos y muy posiblemente nuestros objetivos asegurados.
Como bien nos sugiere Itamar práctiquemos nuestra profesión desde la modestia profesional y siendo conscientes de que cuando hablamos de personas nadie está en posesión de la verdad absoluta.
El debate queda abierto:
¿cual es el rol que juego en mi organización?
¿debo dejar de oirme a mi mismo para justificar lo que sé hacer?
¿por qué temo salir de mi área de confort?
¿estoy seguro de que no existen nuevas formas de hacer?
¿cuanta energía estoy dispuesto a invertir?
¿está mi organización preparada?
6 comentarios:
Personalmente creo que la nomenclatura es importante pero de forma limitada y centrar el análisis de la situación, y aún peor las soluciones, en este aspecto me parece naif.
Creo que el problema de fondo es la confusión sobre roles y responsabilidades que afectan a las personas que trabajan en una empresa.
Buen post.
JM
JM, gracias por tu comentario. El problema de fondo, sinceramente creo que es que necesitamos fórmulas menos estructuradas, si seguimos empeñados en que alguien nos defina cual es nuestro rol y responsabilidad creo que seguiremos sin avanzar. Nos defendemos ante el caos aferrándonos al status quo en lugar de lanzarnos a hacer y actuar y qué si no es mi rol pero estoy aportando y generando valor.
Creo que estamos en una época en donde muchas de las disciplinas que creíamos consumadas décadas atrás están poco a poco convirtiéndose en aberraciones como bien apuntas. Es hora de replantearnos nuevas propuestas que nos ayuden a definir mejor el desarrollo organizacional en función de los múltiples cambios que actualmente experimentan las sociedades y las empresas. Las personas ya no se sienten meros trabajadores y exigen un nuevo rol en todo el sentido de la palabra. La respuesta está dentro de las empresas y su capacidad de adaptación y reacción, veamos que es lo que hacen...
Hace relativamente poco tiempo que empecé a profesionalizar mi interés por las personas. Desde entoces, mi "pequeño medio de producción gris" no ha dejado de trabajar intentado encontrar soluciones al desánimo, a la desilusión, a la cotidianidad, que parece que invariablemente se instalan en las organizaciones cuando éstas pierden la ilusión para crear (interna y externamente). Y creo que esta creación es responsabilidad de todos.
Claro está que en muchas ocasiones, la última palabra la tienen los que gestionan las organizaciones, ... pero, ¿y si dejamos de pensar que las organizaciones sólo las gestionan unos pocos? ¿Y si empezamos a pensar que TODOS gestionamos de alguna manera la organización en la que trabajamos? ¿Qué pasaría si se permitiera realmente a TODOS gestionar sus responsabilidades? ¿Qué pasaría si se perdiera el miedo?
Creo, sinceramente, que las organizaciones deben quitarse el corsé, dejar el control para lo que realmente debe controlarse, y permitir la entrada a otros aires, otros colores.
Senior, como bien apunta Sandra creo que es responsabilidad de TODOS con mayúsculas. Llevamos años que parecen siglos hablando de lo importante que es talento, que si la ventaja competitiva son las personas... bla, bla, bla. Mi sensación es que seguimos haciendo más de lo mismo. Yo personalmente veo una oportunidad de empezar a hacer las cosas de forma diferente con la ayuda de la web 2.0, creo que por fín tenemos a nuestra disposición herramientas que facilitan la participación, la transparencia, la innovación. Veo grandes oportunidades de cambio si nos inspiramos en una cultura 2.0 que nos ayude a promover los nuevos valores de los que tanto presumimos en las multinacionales. Yo personalmente me encuentro en un momento de revisión de todos los sistemas que he implantado en mi organización actual y si bién hemos empezado a hacer algunos pinitos como promover blogs internos, crear comunidades....queda mucho camino por recorrer y muchas resistencias y miedos que vencer.
Espero poder compartir estas experiencias en este espacio y sobretodo contar con vuestra opinión.
Senior, eo habitualmente tu blog. Te felicito por tus recomendaciones y planteamientos.
Buen resumen Elena!.
Me fascinan las palabras, como bien sabes, tienen un poder transformador.
Respecto a las preguntas que planteas, creo que hay un concepto que a mi me parece básico: La honestidad...con nosotros mismos primero y con los demás, con colaboradores y clientes. No disfrazarnos, no mentir ni mentirnos. Eso a veces te lleva a tomar decisiones difíciles, pero creo que vale la pena y a la larga da sus frutos.
Gracias por presentarme a Itamar.
Publicar un comentario